Control de Ondara

Memorable reunión de equipo

Con vistas al control de Ondara los entrenos fueron muy duros la semana pasada. Hice una media de 3 km y más de 1000 calorías al día. Así que, después del curro, aprovechando que Naira trabajaba, me echaba en el sofá a descansar. El miércoles estaba tan roto que casi ni ceno. Apenas hice nada por las tardes.

El viernes salimos a comer. Fuimos al Samana, en la Rambla. De camino me fijé y vi muchos grupos grandes de gente arreglada que se habían reunido para comer. Comprendí que ya han empezado las comidas de Navidad. Nuestro restaurante también estaba abarrotado y había un buen estruendo. Estuvimos en la barra, muy cómodos, entretenidos con el montacargas y los camareros. Hacía tiempo que no probaba cosas tan ricas. Volveremos.

El buen rollo con los compas en el control y la cena del sábado me subió mucho los ánimos, lo necesitaba. En el aspecto deportivo los resultados fueron decentes: repetí tiempos en el 2oo estilos y no hubo sorpresas con mi braza, que sigue siendo una patata. Qué bien me lo pasé después en la cena. Me senté en la mesa de la testosterona, pero, casi no habíamos empezado a cenar cuando las chicas se levantaron de su asiento y vinieron a sentarse a nuestro lado. Pasaron gran parte del rato con nosotros y salvaron la noche. Hubo muchas risas. Estuve revoloteando por las demás mesas y hablando con todos e, incluso, protagonicé algún momento notable. Ojalá hubiera quedadas como esta más a menudo.

Ayer dio para montar el árbol y el Belén y poco más. Ha quedado muy bien, Naira tiene muy buen gusto y lo disfruta mucho. Este año dice que el árbol no contrasta con la pared, que es todo muy blanco.

Ayer todavía era verano y resultaba raro ver el árbol puesto
Belén formado por figuritas de cerámica y árboles de papel sobre vitrina y bajo dos cuadros
Es en esta época cuando el cuadro de los países nórdicos encaja mejor en la decoración

Hoy ha vuelto Jesús a los entrenos. Volver a verle ha sido muy emotivo. Espero que se haya animado nadando con nosotros. Es el cumple de Agustín y nos ha invitado al almuerzo. Que tipo más grande. Me alegro de que Jesús se haya quedado a pasar el rato.

Esta tarde me he enterado de que también es el cumple de Bea, ¡y el de Olga! Recordaba que nos dijo que era al cabo de dos días, pero, como me pasé el día de ayer practicamente inconsciente, pensaba que aún quedaba un día más.