El otoño ya va asomando

El domingo hicimos una salida al mar. No recuerdo haber participado en ninguna antes organizada por Juan. Fuimos de la Playa del Torres hasta El Racó del Conill y volver. Vino mucha gente, éramos casi 50. El tiempo ya es un poco fresco pero hacía buena temperatura para nadar. A la ida salí de los primeros y luego me acoplé al grupo de Quique y Carratalá. El mar estaba un poco picado: entraba una ola bajita pero frecuente con la que chocabas prácticamente en cada brazada. No estuvimos mucho tiempo en la cala, ni siquiera saltamos desde las rocas, porque algunos cogieron frío y decidieron marcharse. Como salimos desordenadamente, a la vuelta fui solo. Durante el regreso el mar acompañaba, pero yo preferí la ola de la ida, porque el empuje del agua me desestabilizaba la brazada y de tanto arquearme acabé con las lumbares doloridas. No fue hasta que hube salido del agua que me enteré de que Gemma se había encontrado mal y habían tenido que ir a por ella. Luego me contó que se había mareado y que, como suele pasarle a continuación, le había entrado frío. Así que, primero Luis la acompañó, y luego Jorge y Quique se quedaron con ella en El Racó del Conill hasta que María fue a recogerles.

Me di una ducha completa en el aparcamiento y acaparé las bromas de los que estaban conmigo, que vieron aquello como algo exagerado, pero yo me quedé súper a gusto. El almuerzo de después fue muy divertido. Me senté con Carlos, Jorge y Alejandro. Me levanté un poco a mariposear, como suelo hacer, pero esta vez con un poco de remordimiento por haber dejado a mis vecinos solos. Pude conocer a Marian, la chica nueva, y charlé con ella, Aida, que fue la que la introdujo en el máster, y Jesús, al que hacía tiempo que no veía. Juande aprovechó para ponerme en evidencia, como de costumbre. Se me hizo corto, me gustaría que quedáramos más a menudo.

Empezamos la semana con el problema de seguridad que perturbó nuestra calma la semana anterior todavía coleando. Por suerte, parece que se trataba ya de los últimos movimientos y los recursos más críticos ya están asegurados. Estoy muy contento porque ya he conseguido emparejar todos mis dispositivos con zigbee2mqtt. El plafón de la cocina me dio algo de guerra y tuve que repetir la secuencia de apagado bastantes veces hasta que se reinició de fábrica. También he logrado rotar el token TOTP de Protón y ajusté el apagado e inicio automáticos del servidor, que no estaban funcionando correctamente. Asimismo hice algún mínimo ajuste en las copias de seguridad programadas. Con todo, estoy bastante satisfecho con lo que tengo funcionando y ahora me quedan las tareas más tediosas de organizar, documentar, borrar cuentas, etc. La idea es ir haciendo esto poco a poco. También se me ha ocurrido migrar nuestro Todo. De momento he pensado en Remember The Milk o Todoist. Utilicé ambas hace mucho tiempo y recuerdo que funcionaban muy bien. Volveré a probarlas, a ver con cuál me quedo.

En el trabajo he rendido mejor que la semana pasada, aunque estoy atascado con una tarea que me está llevando mucho tiempo. Tengo que intervenir en un flujo delicado y complejo y está habiendo consecuencias inesperadas que también tengo que corregir. Está siendo pesado y desesperante.

Ayer quedamos en Alcoy. No recuerdo la última vez en que nos reunimos todos. Salió un día lluvioso. Sin embargo, no nos impidió darnos un paseo e ir al museo de bomberos, que tenía jornada de puertas abiertas. Después nos reunimos con Dana y fuimos a Els Arrels, donde habíamos quedado para comer. La mayoría, los que no cupimos en el coche, fuimos dando otro paseo. La lluvia apremió y en ese desplazamiento sí nos mojamos bastante, nada dramático. Comimos muy bien. El trato fue muy bueno, atendieron todos nuestros caprichos de buen grado, y la comida estaba muy buena. Si bien es cierto que nada nos sorprendió demasiado y las cantidades estaban muy medidas. No me quedé con hambre. Volvimos a casa de Carlos. Esta vez solo nos tocó andar a unos pocos, pero, a pesar de que seguía lloviendo, el paseo de vuelta fue agradable y divertido. Pasamos la tarde a cubierto jugando a distintos juegos: jugamos al psicólogo, a adivinar el personaje y al party. Fue divertido y no hubo ninguna disputa importante.

Se me hizo extraño cenar y pasar la noche solos en la casa del pueblo. También despertarme al día siguiente y trabajar desde aquí. Sin embargo, a lo largo del día llegaron todos y me alegré de estar aquí con ellos y no tener que hacer el viaje por la tarde. Tampoco sé si hubiéramos podido, porque está lloviendo bastante y, aunque parece que no está habiendo grandes destrozos en Alicante, no sé cuál será el estado de las carreteras.


Viendo: GARY DAUBERMAN "El Misterio de Salem's Lot"

Escuchando: ZORSY "Melodies of Midgar"